Ventanas que se cierran, puertas que se abren

5/29/2015



Hay momentos en la vida en los que crees que no merece la pena seguir luchando. Que no eres bueno en aquello que creías serlo, que no llegará tu oportunidad o que si solamente has tenido fracasos es por algo. Entonces tienes dos opciones: rendirte o seguir adelante. Si sigues tendrás que analizar todo lo sucedido hasta entonces, sobretodo lo malo, y elaborar un plan de acción para corregirlo. Pero también saber ver lo bueno, para mantenerlo y potenciarlo. Ayuda que, algunas veces, el tiempo ponga las cosas en su sitio y te demuestre que aquello que creíste un fracaso otras personas lo consideraron un logro. El riesgo es que, para entonces, hayas elegido rendirte.  

Esta es la típica semana que incluye dos semanas en su interior. La primera la terminé ayer y desde hoy hasta el domingo comienza algo muy distinto: Startup Weekend edición especial Turismo y Gastronomía. Pero eso es todavía un libro por abrir... Los cinco días pasados, en cambio, han sido de esos que llenan el espíritu. Conversaciones, personas, situaciones... Demasiado conectadas y emocionantes como para que todo sea fruto de la casualidad. Más bien parece como si la vida quisiera darme un golpe de timón sutilmente, como si tuviera que tomar conciencia de que tanto las puertas que estoy cerrando como las que se abren ante mí son retos emocionantes y por todas ellas debo dar las gracias a los que están al otro lado. 

Quererte, cuidarte, mimarte

5/21/2015

Era la primera vez que iba a la consulta de aquel psicólogo y daba por hecho que ese señor me sentaría en un diván y me haría contarle mi vida desde la más tierna infancia. Me haría conectar con mi niña interior, visualizarme en momentos duros de mi vida o cosas así. Pero no. Me senté en un pequeño pero cómodo sillón y me preguntó ¿por qué estás aquí?. Entonces cogí aire para contarle toda mi biografía pero me interrumpió. No olvidaré nunca sus palabras: "¿por qué estás aquí?" repitió. 

Hasta entonces solo me había planteado que la vida era una caca y yo una persona con muchos problemas. Contarlos y recrearme en ellos me destrozaba pero a la vez me confortaba. Coño, qué raro es el puñetero ser humano. Lo que aquel psicólogo me quiso decir es que da lo mismo como seas, que tengas tus locuras, taras e historias. Si eres feliz, pero feliz de verdad, ¿por qué estás aquí?. Y si no lo eres, haz lo necesario para serlo. 

Casi todos nosotros, si nos atreviéramos a mirar de frente nuestro corazón, reconoceríamos que no somos felices. Pero antes muertos que reconocerlo. Antes nos inventamos cualquier muleta que nos devuelva un reflejo parecido a la felicidad. Para mí, por ejemplo, esa felicidad eran instantes que atrapaba en el tiempo en los que dejaba la mente en blanco y me aislaba de todo. "Justo ahora, en este instante, no tengo motivos para no ser feliz". Luego descubrí que eso que hacía se llama meditar, "mindfullness" o como queráis denominarlo. 

Mi sobrino Daniel

5/02/2015


Carreras, llantos, preocupación, miedo, emoción,... Ver a tu hermana pequeña en esa camilla pasar unas horas malas y desear con todas tus fuerzas ser tú la que sufra, ahorrarle ese trago. Un extraño instinto protector hace que no quieras que le roce ni el aire, echar de esa habitación a todo el que no sea su novio o tu madre. La ves desprotegida como nunca la has visto a lo largo de toda una vida compartida. En ese momento lo único que quieres es que pase todo ya, que ella esté bien. Y, entonces ya si, conocer a tu sobrino. Pero mientras que tu hermana está en esa habitación, dilatando, esperando, con contracciones... Durante esas horas no hay ilusión ni alegría que valga, te comerías con patatas a todo el que sea capaz de sonreír mientras tu hermana pequeña pasa un mal rato. Mientras la escuchas, al final de ese maldito pasillo, resoplar o soltar algún quejido. Que si, que luego lo piensas y nunca es malo que la gente sonría o se ilusione. Lo piensas cuando es tu hermana la que ya sonríe y está loca de contenta con su hijo en brazos. Antes de eso no te permites rebajar la tensión hasta que el médico salga y diga las palabras mágicas: Ella está bien, y el niño también. 

De las tres hermanas pequeñas que tengo, ya he visto pasar por eso a dos de ellas. Y si, como diría nuestra madre para mí serán pequeñas siempre. Quien sea hermano mayor me entenderá. La segunda vez piensas que vas más preparada que la primera, que ya sabes de qué va la historia. Pero te engañas, las emociones son las mismas y con la misma intensidad. Y, entonces, después de la interminable espera sale tu hermana del paritorio para hacer el paseillo torero en camilla (cosa que se deberían replantear familiar y hospitales, porque es la cosa menos íntima del mundo para un momento que debería serlo). El caso es que cuando la ves sonreír se acabó el miedo, la preocupación y la angustia. Todo eso da paso al modo codazos y cabezazos para hacerte sitio entre los presentes, que ella te vea y sobretodo ¡verle la carita al recién llegado!.

La tomadura de pelo de Bankia

4/21/2015

Bankia lleva siendo actualidad algunos años. Tras ser la primera entidad rescatada por el Gobierno, salir a la luz escándalos como las preferentes, las tarjetas black... Estos últimos días vuelve a la palestra por la encarcelación de su ex-presidente Rodrigo Rato, las ideas y venidas de Blesa... Pero lo que mucha gente no sabe es cómo hemos sufrido los clientes de la entidad todo este proceso.

Cinco años de "tita Marta"

12/18/2014

Queridos sobrinos:

Literalmente parece que fue ayer. Cuando desde este mismo blog hablaba contigo, Jesús, para agradecerte que me hubieras hecho caso naciendo un día 18. Lo más lejos posible de la navidad y permitiendo a tu tía Marta disfrutar de tí antes de emprender un viaje a Londres que cambiaría muchas cosas. 

El día de vuestros nacimientos fue muy parecido pero muy distinto a la vez. A los dos os costó salir. Concretamente más de 30 horas. Y en los dos casos era una de mis hermanas pequeñas la que estaba metida en un hospital... Vosotros que sois los primeros, si tenéis algún día hermanos entenderéis lo que quiero decir. Hubiera preferido pasar yo las dos veces por eso. Y al final el alivio, la magia de ver que ellas estaban bien. Entonces llegaba el momento de conoceros. Sin duda los dos mejores momentos de lo que llevo de vida. Los dos erais tan perfectos, y teníais vuestro carácter muy marcado apenas con pocas horas de vida.
 

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